Bonifacio Gil anotó: "La aprendió - siendo niña - de sus compañeros de juegos, en Navalvillar de Pela. Es juego de pelota. Se reúnen varias nenas. Juega una sola que se retira cuando pierde, sustituyendola otra niña. La pelota se lanza contra una pared cualquiera. Sólo canta la niña que le toca jugar, procurando que al final de cada rima caiga la pelota en sus manos. Mientras la arroja y está en el aire, da dos palmadas".